Nacido
en San Pablo de Guelatao, Oaxaca, en 1806, era hijo de
zapotecas. A los tres años fallecieron su padres, Marcelino
Juárez y Brígida García, quedando al cuidado de sus abuelos
paternos junto con sus hermanas María Josefa y Rosa. Su
hermana menor, recién nacida, María Longinos, pasará a
vivir con su tía Cecilia García. Tras fallecer sus abuelos
se trasladó a vivir con su tío Bernardino Juárez, quien
parece que se emborrachaba habitualmente y se dedicaba al
pastoreo de ovejas. Fue en este ambiente donde Juárez
aprendió el laboreo y las tareas campesinas, si bien su tío
le enseñó a leer y el idioma castellano, que consideraba
esencial para prosperar económica y socialmente. Dos hechos
se entrecruzan en su decisión de establecerse en Oaxaca. Uno
es la necesidad de completar su formación y otro es un
descuido en la realización de sus labores, lo que le hizo
temer el castigo de su tío. Así, con doce años, se escapa
de casa y se establece con su hermana María Josefa, cocinera
en la casa de la familia Maza. Durante esta etapa, gracias a
su hermana y a la propia familia Maza, consigue incrementar
sus estudios y vive unos años de estabilidad. Aprendió
también un oficio en el taller del encuadernador Antonio
Salanueva, lo que permite también aprender mediante la
lectura de autores como Feijóo o Plutarco. Con todo este
bagaje puede ingresar en el seminario, como alumno externo, el
18 de octubre de 1821, el mismo año en que México declara su
independencia. En 1834 obtiene su licenciatura en Derecho y ya
tiene encaminada su carrera política, tras ser en los dos
años anteriores diputado por Oaxaca. En 1846 ya es miembro
del Congreso, siendo entre 1847 y 1852 gobernador de Oaxaca.
El régimen dictatorial iniciado un año más tarde le condena
al destierro en La Habana, volviendo dos años más tarde para
ocuparse del Ministerio de Justicia. Desde su puesto
emprendió una profunda labor legislativa con dos líneas
principales: la reforma agraria y la sumisión del ejército y
la Iglesia al gobierno civil. Su cuerpo legislativo se plasmó
en la Constitución liberal moderada de 1857. Un golpe de
estado dirigido por Ignacio Comonfort hizo a Juárez ser
encarcelado, inició una guerra civil y llevó a la
presidencia del ejecutivo al conservador Félix Zuloaga. Más
tarde, Juárez logró formar un gobierno constitucional en
Guanajuato y, algo después, en Guadalajara. Perseguido, hubo
de exiliarse en Panamá, volviendo a México en mayo de 1858 y
estableciéndose en Veracruz. Su gobierno fue reconocido al
año siguiente por los Estados Unidos, iniciando entonces todo
el proceso político conocido como la Reforma. Su programa
suponía una radicalización de la Constitución de 1857, al
incluir la nacionalización de los bienes eclesiásticos, la
eliminación de las órdenes monásticas, la creación de un
registro civil y la separación de la Iglesia y el estado. La
victoria de San Miguel Calpulalpan en 1860 dio el triunfo
definitivo al gobierno constitucional de Juárez, si bien la
suspensión del pago de la deuda externa, decretada por
Juárez, tensó hasta un clima pre-bélico las relaciones con
Francia, Gran Bretaña y España. El convenio de la Soledad
apaciguó los ánimos de españoles y británicos, si bien
Francia se decidió a intervenir militarmente. En 1864,
ocupada la Ciudad de México, los invasores proclamaron al
archiduque Maximiliano de Austria como emperador de México.
La situación bélica obligó a Juárez a extender sus poderes
presidenciales para contrarrestar la ofensiva francesa. Así,
el triunfal sitio de Querétaro (1867) acabó con el
fusilamiento de Maximiliano el 19 de junio de el Cerro de
Campanas. Reelegido presidente, su mandato conoció
innumerables problemas. El primero de ellos era el
bandolerismo y la lucha armada revolucionaria, que amenazaba
la estabilidad del régimen. No menos importante era la
oposición de grupos reaccionarios, opuestos a la
constitución. Acusaciones de corrupción y fraude en las
elecciones minaron la confianza popular en el gobierno de
Juárez, rematada con su intento de alcanzar mayores cotas de
poder para estabilizar al país. La contestación popular
cundió incluso entre sus propias filas, dando como resultado
la deserción de Porfirio Díaz, militar destacado en la lucha
contra Maximiliano, y de Lerdo de Tejada, quien fundó su
propio partido. Algunos pronunciamientos, como los de Treviño
y Naranjo, hubieron de ser sofocados y minaron las ya de por
sí escasa fuerzas personales y políticas de Juárez. La
presión de Porfirio Díaz sobre Juárez, al que acusaba de
dictador, acabó en una revuelta cuya propuesta principal era
impedir la reelección de los presidentes de la República.
Tras reprimir este último levantamiento, el 18 de junio de
1872 falleció Benito Juárez de un ataque al corazón,
dolencia que sufría desde tiempo antes.
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